Ser inclusivos en la organización, partiendo por nosotros
Antes de intentar promover e incentivar la inclusión, debemos reflexionar y cuestionar nuestro propio sentido de equidad. Deshacernos de los prejuicios que pudieran habernos infundido no es una labor sencilla. Somos responsables de alentar la cultura inclusiva, pero primero debemos trabajarla nosotros mismos.
Transformar la cultura de la organización por una de diversidad e inclusión
A nivel legislativo, la diversidad laboral es obligatoria; sin embargo, es indispensable que desarrollemos una cultura de inclusión, abierta y exenta de todo tipo de prejuicios, que fomente una mejor y amistosa convivencia entre los empleados.
Permitir la representación de minorías en puestos de liderazgo
Incorporar minorías en puestos importantes debe observarse como una estrategia organizativa para erradicar la discriminación y obtener una fuerza laboral más inclusiva y diversa.
Evaluar las habilidades individuales
No hay que dejarnos llevar por características impersonales, como la edad, etnia o género; evalúa y enaltece las habilidades, capacidades y la calidad de cada trabajador como persona y lo que proveerá a la organización.
Tomar en cuenta el testimonio de los empleados
Aprovechemos la diversidad de nuestro personal para atraer más y mejores talentos mediante los testimonios que podemos recopilar mediante la elaboración de encuestas internas, entrevistas, o cualquier otra estrategia planteada por GH, cuya finalidad será comprobar (o desestimar, para luego mejorar) la eficacia de las acciones inclusivas de la organización.
Fomentar el lenguaje inclusivo
Promovamos los distintos tipos de lenguaje, incluyendo los que visibilizan a las personas con discapacidades (lenguaje de señas y el sistema de lectoescritura braille).
Individualizar los reconocimientos
Al reconocer una fuerza laboral diversa, se vuelve necesario diversificar los beneficios y reconocimientos que otorga nuestra organización, adecuándolos a las necesidades y aspiraciones de la persona que los va a recibir,
Producir programas para hacer mentoring (educar/capacitar)
Ser la persona nueva en una organización también ha sido motivo de discriminación en incontables oportunidades. Un mentor ayudará no solo a la integración, sino también a la formación profesional del personal.
Modificar los procesos de selección de personal
Los procesos de selección pueden ser un filtro discriminatorio, es por ello por lo que hoy en día se ha popularizado la selección a ciegas, prescindiendo de datos personales como edad, sexo, lugar de nacimiento, entre otros, para evitar los sesgos inconscientes del entorno laboral.
Aplicar alternativas para flexibilizar el trabajo
Las personas con hijos o con responsabilidades ajenas al empleo también pueden haber sufrido algún tipo de discriminación, especialmente al momento de planificar sus horarios. Por lo tanto, permitamos opciones flexibles como el teletrabajo u horarios flotantes.