El impacto de la transformación digital en la contabilidad
El entorno en el que se mueven las empresas hoy en día implica la imperiosa necesidad de implementar cambios urgentes en cómo vienen haciendo las cosas. Es en ese sentido, las empresas han visto en la transformación digital una herramienta que les ayudará a implementar dichos cambios.
Su definición aún no es precisa, pero tomemos aquella en la que muchos coinciden: “representa un cambio en la forma como operar y como brindar servicios a nuestros clientes”.
Sin embargo, a pesar del auge de las nuevas tecnologías y el impacto positivo que ofrecen para la reducción de costos, mejora en la gestión de la información y los niveles de competitividad, son muchas las empresas que todavía no han contemplado su implementación en un mediano horizonte.
La principal respuesta puede encontrarse en las acciones a ejecutar para su implementación, entre las cuales podríamos citar a la reorganización de los métodos de trabajo, que siguen siendo tradicionales hoy en día, y la adaptación de éstos a las herramientas digitales.
Dicho todo lo anterior, nos viene a la mente la pregunta: ¿cómo impacta esta gran transformación en un proceso tan operativo y rígido como el contable? Y encontramos la respuesta en otra pregunta: ¿acaso elegimos ser contadores para agregar datos en un sistema? Seguramente muchos coinciden con nosotros en que nuestros clientes no nos eligieron por las horas que le dedicamos a llenar información en un sistema de contabilidad.
Los contadores, no los tenedores de libros, nos encontramos en una posición ideal para poder generar valor a nuestro trabajo, brindar experiencias únicas a nuestros clientes y llevar a nuestros equipos a niveles de productividad nunca vistos.
En la ola de la automatización, se habla mucho sobre la amenaza al puesto de trabajo, y seguramente no es una preocupación infundada. Hoy en día, la tecnología puede encargarse de muchas tareas operativas de un área contable, incluso reduciendo el riesgo de errores.
Llegamos al momento de pensar en lo que el mercado nos exige marcar diferencia a través de la generación de valor y del conocimiento. Imagina invertir su tiempo ayudando a sus clientes a hacer crecer su negocio (tiempo que ha logrado obtener gracias a las herramientas tecnológicas con las que contamos hoy en día). Interesante, ¿verdad?
Como primer paso, pensando en el beneficio tangible de su implementación para nosotros y para nuestros clientes: costos, eficiencias, rapidez, accesibilidad, etc.
Lo siguiente es recordar que somos las personas, y no la tecnología quienes generamos el valor. Así que es el momento de llenarnos de “talentos” que nos permitan tener una lluvia de ideas constante sobre cómo hacer lo mismo de una mejor forma, siempre acompañado de la construcción de una cultura interna que acepte el cambio.
La transformación digital es una promesa audaz, con resultados potencialmente transformadores para las empresas. ¿Se imaginan generar un cambio total en nuestro estilo de vida?: generando mayores ganancias y gestionando mejor nuestros tiempos y el de nuestros colaboradores.
Esto nos lleva a pensar: ¿pero y qué hacemos con la SUNAT? Bueno, esa pregunta será materia de análisis de un siguiente artículo.
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